Martes, 3 de agosto de 2021.

He decidido pausar todos mis hábitos (excepto la meditación) durante la primera semana de agosto, mientras estamos de vacaciones en una casa rural. Bueno, y excepto mirar el móvil, claro.

Abro Telegram, entro en un grupo con varios mensajes sin leer. Uno me Llama la atención:

🌞 Primera edición de Vacaciones SantiLlama. Concurso de textos y relatos humorísticos para este verano :) ¿Quién se apunta?

Hay un enlace al final del mensaje. Lo abro y leo las bases.

Ooooh, un concurso de relatos con humor.

Estoy apuntado como alumno desde hace un año a La Llama School, una escuela virtual de comedia. Pagas 14 euros al mes y tienes acceso a cursos de comedia, sesiones en directo tipo masterclass y acceso a un grupo de Telegram.

No me negarás que el nombre del concurso estaba bien buscado: Vacaciones SantiLlama 😂. Si no lo entiendes, mira este vídeo de un anuncio de "cuando yo era joven" (lee con voz de anciano): Anuncio Vacaciones Santillana (1993).

El primer y el segundo premio son 100 y 50 euros para gastar en lallamastore.com (tienen una librería especializada en humor, si es que son la leche). Y el tercer premio son unas MANITAS DE CONSOLACIÓN.

Oh, Dios mío. ¡Esas manitas tienen que ser mías!

En el grupo de Telegram hay cachondeo generalizado. Se comenta que en realidad las manos diminutas son el mejor premio.

Bueno, qué emoción. Me presentaré al concurso. Tengo casi un mes para escribir un relato con humor.

¿Por qué te cuento esto?

Pues porque me hacía mucha ilusión participar en ese concurso, pero también me daba cierto respeto. Bueno, va, me voy a sincerar, me daba un poco de miedo.

Sí, sí. Ese miedo cuando haces alguna cosa que apenas has hecho. O ese miedo porque aparecen inseguridades, a pesar de haberlo hecho antes. Ese síndrome del impostor que te viene a visitar cada vez que piensas: "Hoy escribiré un poco".

Al cabo de un par de semanas tenía la idea, pero no había escrito. Un buen día me senté con mi libreta A4 y mi boli y me puse a ello. Creo que estuve entre treinta y cuarenta minutos. Recuerdo que pensé: "Bueno, no era para tanto. Incluso lo he disfrutado". Los siguientes días dediqué otros ratos. Lo dejé reposar y lo envié el penúltimo día antes del plazo final.

Esos días les conté a mis hijos lo del concurso y lo de las manitas de consolación. Les enseñé la foto que he puesto más arriba y estaban muy ilusionados con la posibilidad de que esas manitas llegaran a casa.

Como esto no es una peli de EEUU, no tiene el final bonito y redondo que la gente espera: no gané nada.

Se presentaron más de cincuenta textos y el mío no estuvo entre los tres ganadores.

Bueno, tuve una pequeña decepción, pero no duró mucho. La verdad, estoy contento de haber escrito y enviado ese texto.

Además, hace poco fui a la librería de La Llama Store, me compré un par de libros y... ¡un par de manos diminutas!

Por cuatro míseros euros tenía a mi alcance mi sueño dorado: esas manitas que parecen de verdad y te puedes poner en los dedos para hacer el ganso 🤩

¡La ilusión que les hizo a mis hijos esas manos diminutas! Estuvieron con ellas haciendo tonterías un buen rato. Mi hija se acercaba la manita a la boca y hacía la expresión de "¿Qué me dices?". Mi hijo se escondió los brazos en su camiseta de verano, sacó las manitas por las mangas y se puso a imitar a un Tiranosaurio Rex...

No compartiré contigo el texto con humor que envié al concurso. Primero, quiero modificarlo. Segundo, me da un poco de vergüenza (por el tema que trataba).

Los dos libros que me compré en La Llama Store fueron estos:

​Historia. El libro de El Mundo Today.

​Hits & Misses de Simon Rich.

Los dos me han hecho reír y me han gustado. Cuando vuelva a La Llama, me compraré otro libro de Simon Rich y el de La Constitución Española. Edición ampliada y corregida de El Mundo Today.

Leyendo los relatos con humor de Hits & Misses me ocurrió algo curioso. Algunos de esos relatos los encontré magistrales. Tuve una mezcla de admiración y un poquito de envidia hacia el autor. Pero al final me animé y he empezado un relato con humor inspirado en uno de sus cuentos. Esta es la idea: la Muerte viene a buscar a Tony Robbins, el mejor coach del mundo.

El miedo es habitual cuando hacemos algo que no dominamos. También aparece cuando hacemos algo que nos expone a los demás, como escribir un relato, un artículo o preparar una presentación.

En INTELIGENCIA DIGITAL, uno de mis cursos sobre competencias digitales, compartía estrategias para afrontar el continuo cambio digital. Una de ellas era: PROBAR SIN MIEDO.

Con el tiempo cambié la frase a PROBAR A PESAR DEL MIEDO.

Y eso quería contarte hoy. Si te da miedo hacer algo creativo (una presentación, un libro, un relato...) hazlo a pesar de ese miedo. La acción, por pequeña que sea, es el mejor remedio para ignorar a ese miedo cabrón.

A mí me daba mucho miedo escribir ficción. Desde hace poco hago mis pinitos con relatos breves con humor. Ya es un primer paso. Comparto contigo uno de esos textos que publicaron en Rata Chillona (un webzine de comedia, sátira y humor gráfico que se actualiza los sábados).

​Naranja perpetua​

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Que las manitas te acompañen,

Carles Caño.

PD: Tengo pensado hacer pronto algo que me da cierto miedo: sacar un curso virtual para particulares.

PD2: Bueno, lo de "pronto" es relativo, ¿eh? 😂

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